Las humedades son un problema frecuente en todo tipo de construcciones. Sus causas pueden ser muy variadas como, por ejemplo, una instalación defectuosa o en malas condiciones de fontanería (incluso un leve goteo de una tubería puede ser suficiente para causar daños en las edificaciones), filtraciones o fugas, inundaciones, condensación, etc., y, en todos los casos, representan un problema progresivo que, si no se trata a tiempo, puede desembocar en afectaciones serias a las construcciones que terminen por afectar su estructura e, incluso, la propia salud de sus habitantes. Cuando hablamos de humedades, técnicamente es posible reconocer tres tipos, según su causa y comportamiento:
1. Humedad por capilaridad, que se produce cuando el agua se filtra por medio del subsuelo de la edificación. En este caso, el agua asciende gradualmente hasta llegar a las paredes y, en función de la porosidad y permeabilidad de los materiales, puede generarse una absorción del agua denominada subida capilar. Es de avance lento y progresivo, se caracteriza por la presencia de moho, deterioro de los acabados, aparición de fisuras y carbonatación (“reacción química en la que el hidróxido de calcio reacciona con el dióxido de carbono y forma carbonato cálcico insoluble (1) ”):
2. Humedad por filtraciones, que se presenta cuando el agua del exterior alcanza el interior de la edificación y termina almacenada en las paredes. En otras palabras, el agua se abre paso entre los ladrillos, tejas y demás elementos de construcción hasta generar afectaciones visibles en su estructura. Se trata de una de las afectaciones más comunes y usualmente aparece en techos, azoteas y paredes que dan a la fachada, y entre sus principales características es posible observar:
• Deterioro del concreto
• Oxidación del hierro
• Aparición de microorganismos
• Deterioro en los acabados del muro
• Eflorescencias
• A largo plazo, daños estructurales.
3. Humedad por condensación, que se produce por el exceso de humedad que hay en la edificación. El aire caliente es conocido por absorber y retener la humedad y, cuando entra en contacto con superficies frías, como paredes o cristales, el vapor de agua de aire se condensa y se transforma en agua. Es posible ver pequeñas gotas de agua sobre las superficies que son formadas, justamente, por la condensación. Sus consecuencias dependen del avance y progresión y puede darse principalmente donde hay puentes térmicos, aunque es común encontrar la presencia de moho y malos olores.
La prevención es la primera medida para evitar la aparición de signos de humedad: el manejo adecuado de las filtraciones de agua o el control de la humedad ambiente. No obstante, el uso de impermeabilizantes específicamente diseñados para el tratamiento de la superficie afectada puede ser una opción más rentable, eficaz, segura y que ofrece mayor protección. Para elegirlo, debes tener presente no solo el material, la superficie e incluso grado del problema, sino sus características: ¿Es de tráfico alto? ¿Se trata de un muro de contención? ¿Es una terraza o cubierta expuesta al sol? Adicionalmente, para optar por el producto ideal debes tener en cuenta: grado de exposición de la superficie o estructura a la humedad, estado de la estructura al momento de emplear el producto, condiciones en las que será aplicado el producto (mano de obra, clima, preparación de la superficie, etc.) y acabado protector de la impermeabilización.
Ten presente que no existe una fórmula exacta para escoger el sistema de impermeabilización, este dependerá del tipo de humedad y caso particular; cada factor cuenta. Tampoco es necesario que optes por un sistema costoso, fíjate en los componentes, la tecnología y las garantías que ofrece, y finalmente sigue las instrucciones detalladas sobre su aplicación: ¿sabías que de eso depende, en muchas ocasiones, de la eficacia del producto?
Y como nuestra meta es ser tu aliado en el control de humedades, tenemos una completa línea especializada para cada caso. ¡Ya hicimos la tarea por ti y aquí tienes las diferentes opciones que puedes elegir según tus necesidades!:
Recuerda, cuando optas por impermeabilizar con el producto adecuado proteges tu salud y la de los tuyos, minimizas costos a largo; puesto que previenes afectaciones mayores por la humedad, y aumentas la vida útil de tu espacio…