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¿Por qué confiar en los hidrófugos?

Cuando hablamos de fachadas, podemos estar frente a una curiosa paradoja: nos protegen del agua, pero también es uno de sus principales enemigos. La penetración de agua en las paredes puede causar graves daños, especialmente si se filtra a través de grietas y afecta la estructura del edificio. Además, el agua puede acumularse y debilitar la estructura, lo que puede ser perjudicial para la seguridad de sus habitantes. A esto último sumamos la exposición constante a factores climáticos adversos como la lluvia o la acción del sol, que también ocasionan daños que, en muchos casos, pueden ser de difícil manejo o resolución. Para prevenirlos, los hidrófugos pueden ser una solución efectiva.

Los hidrófugos son productos químicos que se aplican en la superficie de las fachadas con el objetivo de protegerlas contra la penetración de agua y la suciedad. Estos productos funcionan como protectores que generan una red protectora que impide que se filtren en la fachada y causen daños. La aplicación de un hidrófugo también ayuda a preservar el color natural y la textura original de la fachada, puesto que la exposición constante al sol, la lluvia y la suciedad puede opacarla con el tiempo, lo que ocasiona procesos de meteorización que afectan su apariencia y estabilidad.

Además de las propiedades protectoras de los hidrófugos, se destaca su capacidad para prevenir la formación de moho y hongos en las fachadas.

El moho y los hongos pueden causar graves problemas de salud, especialmente si se inhalan o se tiene contacto con ellos, y pueden acelerar el proceso de deterioro de una superficie. Estos organismos también se extienden por la fachada en forma de manchas poco estéticas, degradan los recubrimientos y reducen su permeabilidad. Con esto, pasas a tener problemas de humedad al interior de la edificación y una posible fuente de olores desagradables.

Aunque todos nuestros hidrófugos protegen contra la acción abrasiva y corrosiva de productos químicos, al crear una capa protectora que previene daños y la acción del intemperismo, sus diferentes presentaciones se adecúan a cada necesidad. En Metic encontrarás, por ejemplo, nuestro Metic Imprasil W 10 años, ideal para reducir la absorción capilar del sustrato sin afectar su respirabilidad, conserva la fachada limpia y, adicionalmente, contribuye al aislamiento térmico. Su tecnología con base silano y siloxano en emulsión es perfecta para la protección de superficies minerales. O nuestro Metic Imprasil Solve 10 años, un hidrofugante de alta penetración desarrollado y formulado en base a nanotecnología alemana, secado libre de tactocidad y que permite ser aplicado en superficies ligeramente húmedas. Puedes consultar las demás opciones que tenemos disponibles siguiendo este enlace.

¿Cómo se aplican?

Debes seguir las instrucciones de aplicación del producto que elegiste, pero aquí te damos algunos tips y recomendaciones para garantizar un buen proceso:

  • Prepara la superficie correctamente: para un correcto funcionamiento del producto, esta debe estar limpia, libre de cualquier agente contaminante, residuos o manchas. Se aconseja limpiarla muy bien antes de cualquier aplicación.
  • Capas: Aplica el número de capas indicadas cada producto, dependiendo de sus componentes.
  • Herramientas: Aplica generosamente con sistema de aire, escoba especial, rodillo o brocha, según las instrucciones.
  • Evita la lluvia: Si comienza a llover, interrumpe el tratamiento y cubra la superficie. Evite el contacto con la lluvia por lo menos 6 a 12 horas después de aplicado el hidrofugante.

Recuerda que el valor invertido en un hidrofugante adecuado equivale a costos ahorrados, gracias al tratamiento oportuno de las fachadas. En Metic dispones de una amplia gama de productos para cada superficie que puedes encontrar en nuestra página web o con cualquiera de nuestros asesores y distribuidores aliados.