El confort, la integración natural de las edificaciones en la ciudad y la disminución del impacto ambiental constituyen los pilares fundamentales para tener en cuenta en las obras actuales: no solo se trata de mitigar la contaminación, sino de alcanzar construcciones sostenibles, que tengan eficiencia energética y hagan uso de energías alternativas. A esto último debe sumarse el aumento de las temperaturas en las ciudades y la necesidad de ofrecer confort térmico a sus habitantes. Es por ello que, con el ánimo de mitigar las altas temperaturas y contribuir a reducir la huella ambiental, es necesario elegir productos cuyas propiedades termofísicas sean idóneas para evitar el almacenamiento de calor.
Índice de Reflectancia Solar (SRI): ¿qué es y cómo mejora la eficiencia energética?
En pocas palabras, el Índice de Reflectancia Solar se refiere a la capacidad que tiene un material para reflejar el calor solar y se mide en una escala de 0 a 100. Así, por ejemplo, a un material de color o referencia negro, se le asigna un valor de 0 y para un material de color o referencia blanco, se le asigna un valor de 100. En este caso, el primer material se caracteriza por ser escasamente reflectante y, por tanto, emitiría el calor absorbido significativamente. En el caso del segundo material, al ser muy reflectante, emitiría una cantidad mínima de calor, lo que desemboca en una disminución de la sensación de calor.
Normas como la ASTM E1980-11 establecen parámetros y estándares de certificación LEED para múltiples escenarios como colegio, hoteles, edificios residenciales, etc., cuyos valores se calculan a partir de la reflectancia y absorbancia solar, y el grado de emisividad térmica (para el primer caso, se calcula de acuerdo con la norma ASTM E903-12. Para el segundo caso se emplea la norma ASTM C1371-15):
¿Qué es una isla de calor?
Es importante aclarar que este nombre designa un fenómeno particular de la ciudad, ocasionado a partir del uso de materiales que acumulan calor, lo que se traduce en una enorme dificultad de disiparlo durante las horas nocturnas, cuando las áreas no urbanas se enfrían por la ausencia de acumulación térmica. Entre las consecuencias que pueden citarse están los extremos de calor en verano y frío en invierno que pueden alcanzarse, además del aumento del consumo eléctrico empleado en la disipación del calor, sin contar aún el aumento de la huella ecológica y el impacto de la salud en general. (Cantón et al, 2012).
Esto último es un indicativo de las variables, incluyendo el cumplimiento de certificaciones como la LEED 4.1, que deben tener en cuenta los nuevos proyectos durante su fase de diseño e implementación. Reconociendo la altura y amplitud de estos desafíos, en Metic elaboramos productos de conformidad con la norma ASTM E 1980-11 para garantizar el confort térmico:
El uso de productos como el Metycril Ultratérmico en muros de fachada, losas de concreto, techos, láminas metálicas o de fibro-cemento, entre otros reducen la temperatura y permite el control de la reflectividad, su índice de reflectancia solar es óptimo para certificaciones LEED, además de aportar resistencia a la tensión y al desgaste, con una adherencia idónea y responsable con el medioambiente que, como ya lo mencionamos líneas adelante, es recomendable emplearlo en recubrimientos exteriores para favorecer la disipación del calor y, por tanto, evitar este fenómeno.
Sin importar el espacio que habites: tu apartamento, tu oficina, un centro comercial, el índice de reflectancia afecta sus superficies y, por tanto, considerar la implantación de productos cuyos beneficios de control térmico estén a la altura de las expectativas estéticas, es esencial para proveer confort y bienestar que es, finalmente, la clave del éxito de un proyecto.